Artículos de investigación

Educar para la ciudadanía a través de la fotografía

Educate for Citizenship Through Photography

MARÍA INÊS AMARAL MANIÉS LOURENÇO
Instituto Superior de Educação e Ciências (ISEC Lisboa), Centro de Investigação em Arquitetura, Urbanismo e Design (CIAUD)Portugal

Designio. Investigación en diseño gráfico y estudios de la imagen

Fundación Universitaria San Mateo, Colombia

ISSN-e: 2665-6728

Periodicidad: Semestral

vol. 4, núm. 2, 2022

designio@sanmateo.edu.co

Recepción: 22 Marzo 2022

Aprobación: 22 Septiembre 2022



DOI: https://doi.org/10.52948/ds.v4i2.625

Resumen: La educación a través del arte puede ser una forma de enseñar ciudadanía. La concienciación sobre la fotografía permite integrar a los jóvenes, especialmente en los entornos desfavorecidos en la sociedad actual, que a menudo los sitúa en los márgenes. Incluir a los jóvenes en ámbitos artísticos y de reflexión hace que desarrollen un pensamiento crítico y analítico en la sociedad, lo que les da mayores posibilidades de integración. En este artículo abordamos la fotografía como medio para promover la ciudadanía y así facilitar la integración de los jóvenes en la sociedad. Si se les anima a pensar desde pequeños, cuando sean adultos serán mejores ciudadanos y, como consecuencia, la sociedad también estará más integrada.

Palabras clave: ciudadanía, fotografía, educación, arte.

Abstract: Education through art can be a way to teach citizenship. Through photography awareness, it is possible to integrate young people, especially those from disadvantaged backgrounds, into today's society, which often places them on the margins. Including young people in artistic and thought-provoking areas makes them develop a critical and analytical reflection on society, giving them a greater chance of integration. This article approaches photography as a means of promoting citizenship and thus, providing the young people integration into society. If they encouraged to think from an early age when they become adults, they will be better citizens, and as a result, the community will also become more integrated.

Keywords: citizenship, photography, education and art.

Introducción: la ciudadanía y sus contrastes sociales

En este artículo abordamos la fotografía como medio para promover la ciudadanía y, por tanto, facilitar la integración de los jóvenes en la sociedad. Pretendemos reflexionar cómo la educación a través del arte puede beneficiar a los jóvenes, utilizando para eso la fotografía. Partimos de la idea según la cual, motivados a pensar y mirar a su entorno con pensamiento crítico, los jóvenes pueden convertirse en mejores ciudadanos y en consecuencia ser más activos en la sociedad, integrándose mejor.

Ser ciudadano significa tener derecho a la libertad individual, de expresión y pensamiento, así como derecho a la propiedad e igualdad ante la ley. También es involucrarse en el destino de la sociedad, ejerciendo el derecho a participar como representante elegido o votante, y tener derechos relacionados con el bienestar económico y social. Es importante que todas las personas tengan la posibilidad de expresarse y tengan los mismos derechos como ciudadanos, sin embargo, no siempre es así y existen algunas diferencias sociales menos evidentes.

Desde 1980 se ha producido un aumento de las disparidades sociales en todas las grandes ciudades de Europa. Para Isabel Guerra (2001) esto se debe a una diversidad de fenómenos económicos y sociales, entre los que destacan: la mutación del sistema económico; la transformación de las estructuras públicas; los fenómenos migratorios; los cambios en las estructuras sociales y en las formas de organización familiar; además del agravamiento del espacio material y simbólico entre los más pobres y la clase media-alta. Las alteraciones pueden implicar oportunidades y riesgos, beneficios e incertidumbres que afectan de manera diferente a los distintos grupos sociales de las ciudades. La ubicación espacial en sí misma puede contribuir (o no) a profundizar las dimensiones de la exclusión social. Según Guerra "La segregación social y la espacial suelen ir unidas, y los modos de socialización negativa, de condiciones de vida urbanas precarias, profundizan las dimensiones de la pobreza y la exclusión social" (p. 49). Así, las ciudades son cada vez más duales, con problemas urbanos específicos y numerosas desigualdades sociales.

El área metropolitana de Lisboa concentra gran parte de los recursos económicos y financieros del país, contando con contextos privilegiados de infraestructuras y servicios disponibles. Sin embargo, también es una zona de contrastes sociales en cuanto a las condiciones de vida, como bien sugieren Pegado et al. (1999) "oponiendo poblaciones con un nivel de vida muy superior a la media nacional a poblaciones donde la pobreza y la exclusión social tienen una incidencia importante" (p. 9).

Ahora bien, la inclusión social no solo se ocupa de romper las barreras, también del bienestar de los individuos, realizando inversiones para mejorar las condiciones necesarias para una inclusión efectiva, contando con el esfuerzo de toda la sociedad. Como menciona García (2012) "Los procesos y estrategias de inclusión social son inseparables de las dinámicas de información, conocimiento e innovación de nuestra sociedad" (p. 256).

El derecho a la educación, la igualdad de oportunidades, la participación en la política y la lucha emprendida con sentido de la justicia han llevado a un enfoque diferente de la ciudad. Los niveles de educación y la mano de obra cualificada están directamente relacionados con el crecimiento económico y la competitividad industrial. La educación inclusiva permite el acceso a la escuela para que todos puedan aprender y participar en la vida de la sociedad, independientemente de las diferencias y dificultades de cada persona.

La inclusión valora la diversidad y la cooperación entre los individuos, y la sociedad debe adaptarse para incorporarlos, permitiendo su participación activa. Cabe mencionar la importancia de la recreación a través de la música, las artes y los espectáculos como formas importantes de inclusión social, integrando modalidades deportivas, prácticas reiteradas de ejercicio físico y disfrute recreativo del espacio público (Guerra, 2012). En adición, Guerra sugiere: "La estrategia de acercamiento parece ser la de la proximidad, compartiendo espacios sociales y físicos para lograr oportunidades de interacción y reducir las distancias sociales entre las personas" (p. 358).

Hoy en día la cohesión social se beneficia de la existencia de redes culturales. La exposición de los individuos a un mismo sistema de valores los lleva a percibir y acordar ciertas prioridades. Así, el uso de prácticas culturales tiene efectos directos e indirectos en términos de integración social, ya que contribuyen positivamente al bienestar psicológico y social; también aumentan la sensibilidad creativa y empresarial (Kinder y Harland, 2004). Además, dan razón y consistencia a una memoria colectiva de la comunidad, sirviendo de depósito de ideas creativas e intelectuales para las generaciones futuras.

Así, en términos de Capucha (2010) "la calidad social no deriva de la naturaleza de las cosas en sí, sino que solo puede ser el resultado de la movilización del poder y, en particular, de las políticas públicas" (p. 31). Estas políticas públicas activas son capaces de dotar de competencias a las personas y, al mismo tiempo, son las que tienen la capacidad de facilitar su inclusión en el empleo, en los servicios y cuidados de salud, en los sistemas de educación y formación, en el mercado de la vivienda, en los sistemas de protección y seguridad en las familias y en las comunidades. Esto implica “la combinación de políticas universales con políticas de diferenciación positiva, dirigidas a los colectivos más desfavorecidos, según criterios de justicia social" (p. 31).

Como tal, una política pública pretende dotar a los individuos y a sus familias de las capacidades para realizar actos relevantes para ellos mismos y su colectivo a través de sus acciones individuales (Guerra, 2012). Los procesos de exclusión social expresan la acumulación de carencias, fallos y fracasos en las más variadas esferas sociales, asumiendo una forma de ruptura de los vínculos simbólicos (Xiberras, 1993).

La exclusión social se produce cuando la sociedad impide que alguien participe y beneficie de derechos y, en consecuencia, de deberes, esté o no inscrito en los estatutos sociales y/o políticos, o que haya poca percepción de las personas. Por lo tanto, cualquier situación que provoque que alguien pierda la ciudadanía plena, impidiéndole de participar en iniciativas abiertas al público en general (Capucha, 1998).

La exclusión social es una de las mayores debilidades de las sociedades contemporáneas y ha ido asumiendo nuevos contornos. Conocer sus causas, eliminar sus efectos y prevenir sus incidencias son algunos de los imperativos que se plantean a nivel nacional y global, en la defensa de los derechos y condiciones de la ciudadanía (Labandeiro, 2004). Así, se entiende que la exclusión social es un proceso dinámico; está vinculado a procesos individuales y a mecanismos sociales de exclusión colectivos y globales, inherentes al funcionamiento de las instituciones y del conjunto colectivo que es la sociedad.

Ahora bien, según Guerra (2002), ser miembro de una sociedad confiere derechos y deberes civiles y políticos, así como la garantía de los derechos fundamentales existentes en esa sociedad. Aquí es patente la idea de pertenecer a una determinada sociedad, así como la noción de “vida compartida”.

Cuando hablamos de educar para la ciudadanía y el desarrollo estamos brindando al público escolar herramientas para sensibilizar, sensibilizar y combatir la desigualdad y la injusticia social. La asunción de estos supuestos implica flexibilidad, actividades curriculares y perspectivas interdisciplinarias.

La educación a través del arte: integración a la sociedad

El concepto de exclusión social está relacionado, por oposición, con el de integración social. La integración implica que los grupos excluidos o empobrecidos tengan, efectivamente, una participación activa en el funcionamiento de los grupos sociales organizados, lo que aparece como una condición necesaria para observar una integración efectiva (Carvalho, 2010).

De otro lado, según Moura y Barbosa (2018) "pensar la ciudadanía y el desarrollo implica recontextualizar la educación en el sentido de un camino transformador que forme ciudadanos y los comprometa con lo social, capaces de comprender el mundo en que vivimos y actuar en eso" (p. 3). A través del arte puede ser posible integrar a las personas en la sociedad y atraerlas a otros lugares de cultura e interés que antes desconocían. Hay varias formas de acercarse a través del arte para concienciar a las personas de su relación con la sociedad. El arte tiene el poder expresivo de representar ideas a través de lenguajes particulares, como la literatura, la danza, la música, el teatro, la arquitectura, la fotografía, el dibujo, la pintura, entre otras apariencias que adopta en nuestra vida cotidiana. Entonces, el arte se asocia al proceso de creación. En palabras de Coleto (2010):

Es importante en la vida del niño, ya que contribuye a su desarrollo expresivo, a la construcción de su poética personal y al desarrollo de su creatividad, haciendo de él un individuo más sensible que ve el mundo con otros ojos. (p. 139)

En ese sentido, permite la libre expresión del pensamiento y las emociones, desarrollando la creatividad. Un individuo que crea se vuelve más seguro de su potencial y consciente de sus límites. El arte se asocia a menudo con el cambio social y el proceso de construcción de la sociedad. En la educación se forma un ciudadano consciente, crítico y participativo, capaz de comprender la realidad en la que vive. Con el arte presente en la educación de los jóvenes, ellos se convierten en actores de la realidad en la que viven.

La educación a través del arte contribuye al desarrollo cognitivo de los alumnos. Asimismo, amplía las posibilidades de entender el mundo y comprender mejor los contenidos relacionados con otras áreas de conocimiento, como las matemáticas, las lenguas, la historia y la geografía. Educar aparece aquí como una adquisición gradual de conocimientos y ejercicios intelectuales que pueden potenciarse adecuadamente a través de la toma de conciencia de los elementos artísticos. Según Read (1982) el arte es la base de toda educación porque solo a través de él las personas se vuelven “eficientes en los diversos modos de expresión” (pp. 24-25).

El arte hace que el hombre piense y cuestione los conceptos prefabricados. Aquí el individuo se entrena para nuevas creaciones, para la reflexión y el desarrollo de la capacidad crítica. Como menciona Torres (2010) "El arte puede conducir al desarrollo de una amplia gama de cualidades creativas y habilidades críticas" (p. 16). El individuo debe ser trabajado en su totalidad: cuerpo, mente y espíritu. El objetivo del arte en la educación no es formar artistas, sino individuos conscientes, con poder de reflexión y crítica. Cada individuo es único, por lo que al estimular la creación, la invención, la producción, la reconstrucción y la reinvención, el objetivo es crear individuos con potencial y habilidades. Como resultado "El arte puede ser el centro del currículo y, si no queremos que la educación artística quede marginada, es vital que los educadores artísticos comprendan el potencial de su área y reestructuren sus prácticas" (p. 16).

La educación a través del arte juega un papel importante. La mayor parte de la información se transmite a través de imágenes y es fundamental ofrecer aprendizajes sobre dichos conocimientos para formar ciudadanos críticos, conscientes y capaces de ejercer sus elecciones libres. Si bien la información está disponible en línea, esto no es suficiente porque es necesario capacitar a las personas para analizarla, promoviendo un enfoque crítico (Torres, 2016). La finalidad de la educación artística no es enseñar conceptos artísticos (la historia, el artista, las técnicas, cómo interpretar las obras de arte, etc.), sino "educar lo sensible, buscando la estimulación y el enriquecimiento de lo racional, en una beneficiosa interacción entre el pensar, el sentir y el actuar, abordando con especial interés los problemas que afectan a niños y adolescentes" (Sousa, 2003, p. 82).

En nuestra sociedad hay constantes cambios en el ámbito de tecnología, y es posible utilizarlos como ayuda en la enseñanza. Cada vez se habla más de diferentes formas de enseñar: procesos, estrategias y metodologías educativas; aprendizaje, nuevas perspectivas y formas de abordar las materias; integración de modelos teóricos e implementación de prácticas de aprendizaje. Nuestros horizontes están más abiertos, es más fácil intercambiar ideas de métodos de enseñanza entre colegas, aplicar nuevos ejercicios, proporcionar experiencias innovadoras a los estudiantes, dándoles oportunidades educativas y desarrollando el potencial de cada uno. La convergencia de conocimientos es importante, porque a través del aprendizaje del arte puede ser más fácil para el alumno, por ejemplo, resolver problemas matemáticos.

La creatividad beneficia de la educación porque aumenta si se estimula (Bahia, 2002). Si educamos a los jóvenes a través del arte podemos despertar estímulos que los hagan más atentos en la sociedad. La sociedad debe mirar al arte como algo útil para construir el futuro. Al educar a los niños en el arte estamos tratando de que tengan más mundo, que les permita ver la sociedad de otra manera y que puedan intervenir y no solo observar.

Ahora bien, la fotografía es la técnica de creación de imágenes mediante la exposición luminosa, fijándolas sobre una superficie sensible. También puede ser un medio para cautivar a los jóvenes o adultos a lo que les rodea, así como a la crítica social del entorno en el que viven.

En términos de Rato (2010) "Con orígenes en la Antigüedad, la historia de la comunicación visual está relacionada con la evolución del conocimiento, la tecnología, el comercio, la política, el arte, la vida urbana y el progreso de las ciudades" (p. 1). A mediados del siglo XIX la invención de la fotografía permitió un nuevo medio de reproducción de la realidad. La técnica fotográfica, desarrollada por Niépce y Daguerre, llegaría a influir en los distintos medios de información, dando lugar al reportaje fotográfico en el periodismo, así como en la publicidad, el diseño de libros, el teatro y todas las artes en general. Las imágenes pretenden representar algo que normalmente está ahí fuera en el espacio y el tiempo; en ese sentido, son "el resultado del esfuerzo por abstraer dos de las cuatro dimensiones espacio-temporales, de modo que solo se conservan las dimensiones del plano" (Flusser, 1998, p. 27). Entonces, son códigos que traducen los acontecimientos en situaciones, los procesos en escenas y tienen la finalidad de representar el mundo.

Por su parte, la fotografía se entiende como un testimonio, una declaración silenciosa, que, al igual que otras lenguas, tiene la marca de su autor. En la prensa esto se verifica, es decir, diariamente los fotoperiodistas buscan imágenes para poner en el periódico, sin embargo, cada fotógrafo privilegia y fija un aspecto de lo que ve según su intención. Así, al igual que es posible identificar a un artista plástico por el estilo de sus pinceladas sobre el lienzo, por los colores que utiliza, por el perfil de las piezas o el material utilizado en la obra; también es posible identificar el tema, la luz, el punto de vista, la composición, los colores, entre otros, de un fotógrafo.

La fotografía es comunicación y si no existe esta última no hay contenido (Zuanetti et al, 2003). Por tanto, es necesario que el fotógrafo sea consciente de lo que le rodea en el mundo y con estos elementos podrá crear su lenguaje personal en esta técnica. Asimismo, implica una serie de procesos mecánicos, ópticos y químicos asociados y se encuentran entre el objeto y su representación fotográfica. También retrata el objeto de forma real, pero por muy real que sea esta representación siempre es una copia de la realidad, debido a todo el proceso fotográfico que interviene en la formación de una fotografía. El procedimiento comienza con el sistema cámara - objetivo - obturador "que puede ver de forma análoga, pero no idéntica, a la del ojo humano" (Adams, 2003, p. 17).

No es necesario tener una cámara de alta calidad para hacer fotografías, incluso podemos obtener resultados interesantes con un teléfono móvil. Para tener éxito el fotógrafo debe que ser capaz de transmitir su idea en la creación de la imagen, así como crear su propio equilibrio entre la cámara y su idea. Uno de tipo aficionado suele hacer fotos sin ningún significado, son meros recuerdos, sin ninguna preocupación formal y conceptual. Si es un profesional intenta intuir y relacionar la imagen que ve con algo. Hay una comprensión y un significado de los elementos que componen la imagen en su conjunto, por lo que se vuelven más conceptuales.

Una razón importante por la que la fotografía es intuitiva y tan común es que con un simple "clic" se puede capturar una imagen, es un proceso inmediato. Sea cual sea el ímpetu de pensamiento y planificación que se ponga en una fotografía, mientras no sea nada a algo considerable la imagen se produce en un instante en cuanto se dispara el obturador. Esto significa que una imagen puede ser tomada a la ligera y sin pensar, y como puede, a menudo, lo es.

A través de la fotografía es posible enseñar a los jóvenes diversos conceptos y técnicas existentes en el arte y la sociedad, como el equilibrio, la simetría, la asimetría, el color, los tonos, la composición, entre otros. La ​mayoría de estos elementos se encuentran en los distintos lenguajes que asume el arte. En contra de la creencia popular, la fotografía no consiste solo en apretar un botón; en cambio hay, o debería haber, una preparación y unos conocimientos previos para después hacer una fotografía.

Es importante que el joven observe y estudie el espacio y/o el objeto que pretende fotografiar. Cuando se les da a los alumnos la idea de reflexionar antes de tomar la fotografía, pueden obtener imágenes más concisas de lo que quieren. También es relevante analizar aquellas que se han tomado, ya que esto lleva al alumno a observar y pensar qué podría haberse mejorado. A través de las opiniones de sus compañeros se consigue una evolución en la técnica fotográfica, pero también en su pensamiento crítico y analítico ante diferentes situaciones y no solo en lo que se refiere a una imagen.

Conclusiones

El aprendizaje a través de un lenguaje artístico puede aportar varios beneficios a los jóvenes, para su inserción en la sociedad, la vida profesional, las relaciones, la estructura organizativa, entre otros. Por ello, es fundamental valorar el arte en la educación, ya que a través de ella creamos personas activas en la sociedad, ciudadanos conscientes, críticos y participativos, capaces de comprender la realidad en la que viven y mejorarla con sus intervenciones.

La representación de imágenes es una de las formas más efectivas de construir ideas y pensamientos completos y útiles; es la base de toda toma de decisiones por parte de los individuos. Efectivamente, la expresión artística potencia las habilidades humanas de observación y análisis tanto de los elementos que componen la realidad de cada individuo, como en otro nivel, de las ideas y conceptos que subyacen a tales representaciones. La capacidad de decodificación, ya sea literal o simbólica, permite una lectura más rica del propio ser y del mundo y, naturalmente, de la comunidad en la que se integra rutinariamente. La toma de conciencia a través del arte reverberará, por tanto, en una posible capacidad de introducir transformaciones en el plano social y en la construcción de la propia identidad.

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