Juan Esteban Tobar, Olga Lusia Puentes,
Carlos Alberto Orozco, Natalia Córdoba, Valentina García
Autores
Semillero de Investigación Contable - SIC
Tina, la mariposa que soñaba ser un rinoceronte
Catalogación en la publicación – Biblioteca Nacional de Colombia
© 2024, Fundación Universitaria San Mateo
© Juan Esteban Tobar, Olga Lusia Puentes, Carlos Alberto Orozco,
Natalia Córdoba, Valentina García
Primera edición, 2024
ISBN: 978-628-7725-01-0
Autoridades académicas
Richar Rangel Martínez, Rector
María Luisa Acosta Triviño, Vicerrectora Investigación y Bienestar
Félix Sánchez Ardila, Vicerrector Académico
Ricardo Acosta Triviño, Director de Investigación
Preparación editorial
Editorial Fundación Universitaria San Mateo
Raúl Cera-Ochoa, coordinador de publicaciones
Paula Cabezas García, correctora de estilo
Joan Yáñez Barriga, ilustrador y diseñador
Transversal 17 No 25-25
editorial@sanmateo.edu.co
https://www.sanmateo.edu.co/editorial.html
Bogotá, D.C., Colombia, 2024
Tobar, Juan Esteban, autor
Tina : la mariposa que soñaba ser un rinoceronte /
autores, Juan Esteban Tobar [y otros cuatro] ; ilustrador y
diseñador, Joan Yáñez Barriga. -- Primera edición. -- Bogotá :
Fundación Universitaria San Mateo, 2024.
30 páginas.
ISBN 978-628-7725-01-0
1. Cuentos infantiles colombianos - Siglo XXI 2. Mariposas - Cuentos 3. Animales - Cuentos 4. Libros ilustrados para
niños I. Puentes, Olga Lusia, autora II. Orozco, Carlos Alberto,
autor III. Córdoba, Natalia, autora IV. García, Valentina, autora
V. Yáñez Barriga, Joan, ilustrador
CDD: Co863.5 ed. 23
El Semillero de Investigación Contable - SIC, extiende sus agradecimientos a María Luz Cárdenas, Zulma Fonseca, Brayan Montealegre, Laura
Viviana Acosta, Dayan Lorena Calderón, Wilson Santiago Cuadrado,
Cristian Camilo Amaya, María Alejandra Mesa, Wilmer Ricardo Nieves
Guevara, Yuli Paola Triana, Anderson Riaño, Diana Velandia Sema,
Javier Cediel, Vernon Méndez, Carlos Urrego y Mónica Jaramillo Trujillo
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almacenada en sistema recuperable o transmitida en ninguna forma o por medio
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Este libro es resultado de un proceso académico-investigativo de la Facultad de Ciencias
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La Editorial de la Fundación Universitaria San Mateo se encuentra indexada en la Red
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Hecho en Bogotá, D.C., Colombia
CO-BoBN– a1136555
Hay cosas en el mundo difíciles de comprender, pero trataré de explicártelo para que
veas la complejidad del universo. Me llamo Marluz, soy el espíritu del bosque, quien
articula y armoniza la existencia en nuestro hogar. Si me pides que me describa,
tengo la delicadeza de una rosa y esa suavidad que toca con frescura tu rostro en
las mañanas, además de la fortaleza y sabiduría de un ciprés patagónico; tan fuerte y
longevo que soy conocido como el Gran Abuelo; un nombre que en parte me describe,
pero en mi esencia se ha quedado lejos. Mi labor en la naturaleza consiste en ser esa
fuerza que va y viene, una y otra vez; en algunas ocasiones es vivificadora y traigo
vida; en otras devastadora, debiendo hacer las correcciones que el equilibrio necesita,
pero siempre dando a cada ser esa sensatez que necesita conocer para entender
su papel en nuestro mundo. Para poder realizar esta labor tengo mis colaboradores:
en la fuerza de la naturaleza, Zulfon me ayuda a gestionar toda la información del
bosque; es la corriente del viento y un canal de comunicación muy importante para
mantener el equilibrio.
No vine a hablar de mí. Por el contrario, te voy a contar la historia de Tina, una mariposa
de la clase Catasticta lycurgus, nacida en el municipio de Aracataca en el departamento de Magdalena (Colombia). Lo importante de Tina no es decirte lo hermosa
que es, sino revelarte cuando descubrió su papel en el equilibrio natural, al sentirse
frustrada; ya que no estaba conforme con lo que era y deseaba ser alguien más. Su
historia comienza un 21 de marzo, fecha en que en la Reserva Natural Las Delicias,
ubicada en la vereda El Cenizo, en Aracataca, el bosque seco tropical se viste de
color porque inicia la primavera. Esta majestuosa temporada culmina el 21 de junio,
pero ya descubrirás hasta dónde llega la historia.
Marluz
Capítulo I.
Tina se descubre en la
sala-cuna de insectos y
conoce sus primeros amigos
Eran las seis de la mañana del 20 de marzo, el alba de este día es algo que queda
registrado en la memoria del bosque: inicia la primavera, que terminaría el 21 de junio.
Como en cualquier sociedad, en la nuestra hay variados hábitats; en cada uno de
estos lugares existen árboles dispuestos a brindar oxígeno, fijan nutrientes al suelo,
evitan la erosión y albergan un sinnúmero de fauna. Es simplemente hermoso. Pues
bien, para esta fecha ellos se visten de color, sus ramas con flores se mecen por el
viento emitiendo cánticos de paz y tranquilidad; el aroma es digno de mencionar y
no hay una esencia que describa su pureza.
Estamos en la vereda El Cenizo, en Aracataca, donde se ubica una reserva natural
llamada Las Delicias. Este bosque tropical permite que muchas criaturas voladoras,
terrestres y acuáticas interactúen y den vida a nuestro mundo. A un costado de la
reserva me puedes ver: alto, fuerte y resistente. Me llamo Bramon, soy un cañaguate y he sido la inspiración de muchos. Mi rama central alberga cinco escuelas, una
dista de la otra y hasta que el aprendiz no logre ser promovido no puede pasar a la
siguiente. Tenemos la sala cuna Mis Primeras Mordiditas; si miras más arriba tenemos el jardín infantil Patitas y Alitas Felices; más arriba funciona la primaria Colegio
Menor del Señor de los Verdes; en la mitad de mi copa está la formación para el
trabajo llamado Colegio Mayor del Señor de los Verdes y finalmente encontrarás
la Universidad Las Delicias, donde todos los aprendices emprenden su partida para
solos enfrentar el mundo.
Tina, la mariposa que soñaba ser un rinoceronte
La sala cuna Mis Primeras Mordiditas es el lugar donde todos los padres insectos llevan a sus hijos para que el espíritu del bosque los cuide y oriente en su participación
en la floresta. Es un día concurrido, todos los padres insectos comienzan a llegar
siempre apresurados pues el alba anuncia que el sol va a brillar y deben estar en su
sitio haciendo lo que deben hacer. Las aves también se apresuran, los machos se
engalanan para dar su mejor trino y atraer las hembras, mientras yo debo propiciar
el escenario de romanticismo para que el amor surja.
6:02 a.m., una mantis religiosa llega acelerada, va tarde y le recomienda a Zulfon
mucho cuidado con Juanes, porque es un poquitín intenso. La mantis se saluda con
otras dos más: Laucos y Daycal, madres de Sancua y Criscam. No habían terminado
de dejarlos en la sala cuna y Juanes estaba hurgándole el cascarón a Criscam; por
variar Criscam estaba haciendo una pataleta que se escuchaba hasta el límite del
bosque seco. Por su parte, Sancua pretendía romper la envoltura que lo encapsulaba,
sugiriendo que ya estaba listo para ser grande. Alguien los observaba: era Tina. Ella
se preguntaba ¿qué mundo me espera cuando salga de aquí? Y se decía a sí misma
—Qué insectos tan intensos, solo espero que los transfieran porque de verdad son
insoportables. —Tina era un huevo de mariposa de la variedad Catasticta lycurgus.
El día empieza cuando la profesora Montri ingresa al salón saludando con un carisma
inigualable. Al momento de iniciar la clase fija su mirada en las tres pulgas inquietas
del salón. Tina observa con timidez desde el rincón del salón e impaciente exclama
fuertemente —¡Cállense! —Dejó a todo el salón en silencio, pues no esperaban
que un huevecillo tan pequeño gritara de una manera tan estruendosa. La profesora
Montri llama a la calma. Explica que la naturaleza de los insectos es muy aleatoria y
las pulgas que tanto saltaban y gritaban por el salón eran seres magníficos que solo
buscaban divertirse: de eso se trataba su naturaleza.
Asimismo, la profesora Montri procede a presentar cada especie
de la sala cuna. Todos prestan atención porque un
mundo se abría ante sus ojitos. Después de las presentaciones Montri inicia la clase indicando que
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Tina, la mariposa que soñaba ser un rinoceronte
todos tienen un papel que cumplir: grandes, chicos, voladores, rastreros y acuáticos.
A su vez, expresa a la clase—: Muchos de ustedes se verán pequeños frente a otros,
pero eso no debe atemorizarlos. No importa lo pequeño que seas, sino lo grande de
tu espíritu. Hay ecosistemas donde existen animales muy grandes y pesados, por
ejemplo, los rinocerontes.
Con gran asombro Tina se preguntaba cómo sería la vida de aquellos magníficos
seres de los que la profesora Montri hablaba. Montri seguía replicando que cada ser
allí presente hacía parte de un ciclo y tenía un papel importante dentro de él. Tina
se fue perdiendo en sus pensamientos, imaginando su vida fuera de aquel huevo:
sería un gran animal de fuerza inigualable. Así transcurrió el primer día, el cual viviría
en su mente por el resto de su vida. Imaginó que ella podría ser ese majestuoso rinoceronte; por la dureza de su piel sería resistente, su fuerza le haría invencible y su
tamaño lo notarían todos. Tina suspiró y se dio cuenta que era una simple mariposa
en formación, pero su pequeña mente comenzó a trabajar diciéndose —Si le pido
al espíritu del bosque que me vuelva un rinoceronte y le digo las ventajas que traerá,
seguro lo aprobará.
Pasaron los días, la sala cuna se volvía el hogar de muchos; clases desde que comenzaba el día hasta que los padres venían por ellos para llevarlos a sus casas. En el
trayecto a casa Tina solo hablaba de la admiración que sentía por los rinocerontes. Su
madre Alma le decía: —Pero si tú no conoces un rinoceronte, ¿cómo puedes sentir
admiración por ellos? —Tina quedó paralizada de golpe, se había dado cuenta que
no sabía cómo era uno, tenía pequeños rasgos pero nada en concreto. Entonces, se
dio a la tarea de investigar y al día siguiente le propuso a Juanes, Sancua y Criscam
ir a la “Biblio-Árbol”. Sancua dijo emocionado: —Yupiii, mi primera aventura. —Por
su parte, Juanes expresaba mientras reía: —Mi primer día de leva jejeje. —Aunque
es un simple recorrido a una biblioteca, dicho acto crea fuertes lazos de amistad.
En un descuido de Montri, los cuatro huevecillos corrieron en complicidad y abandonaron la habitación, cruzaron el pasillo hasta llegar a un salón resguardado por
Wilni, un escarabajo cuyo aspecto atemorizaba; en realidad él era el guardián de los
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Tina, la mariposa que soñaba ser un rinoceronte
pergaminos que consignan las historias del bosque seco tropical. Dos hojas de parra
hacían de entrada del Biblio-Árbol y un escarabajo se interponía, así que Juanes se
adelantó diciendo a sus compañeros —Ocúltense, se me ocurre una idea. —Llegó
frente a Wilni y le dijo—: Señor, qué imponente es usted, pero vengo porque me
mandaron a avisarle que debía ir a una reunión urgente y lo están esperando. —Wilni
quedó fascinado de que alguien tan pequeño ya anduviera en busca de una aventura,
apresuró el paso y se perdió para asistir a la reunión. Los cuatro amigos se carcajearon
y Juanes dijo —Ven, fue fácil engañarlo. —Dos hojas de parra entrecruzadas eran la
entrada a la biblioteca, pero Tina, Juanes, Criscam y Sancua simplemente pasaron por
debajo, eran tan diminutos que no hubo necesidad de mover las hojas de la entrada.
Criscam estaba asombrado por la cantidad de libros. Tina lo interrumpió diciendo
—Todos a buscar libros de animales grandes. —Minutos después Criscam gritó—:
¡Lo encontré! —Corrieron a reunirse. Su búsqueda era acertada, había encontrado el
manuscrito de animales grandes del África, pero era un sitio oscuro y el pergamino no
era fácil de cargar por lo que debían consultarlo ahí. El Biblio-Árbol tenía un sistema
de iluminación que consistía en halar una cuerda y las luciérnagas macho comenzaban a destellar una luz verde. Tina comentó—: fascinante, cuanta tecnología. —Una
vez iluminado el sector ella tomó la delantera y su asombro no tuvo comparación:
había descubierto un rinoceronte. El pergamino decía que la especie era proveniente
de África —¿Dónde queda África? —preguntó Sancua. —Con voz tajante Juanes
contestó—: Debe ser cerca a los límites del bosque tropical. —Regresaron al salón.
Montri no notó la ausencia de los cuatro, el día terminó y todos fueron a casa.
Tina ya sabía cómo era un rinoceronte, su imaginación volaba y sentía que ella debía ser
uno, así tendría muchos beneficios el bosque tropical. Sumergida en sus pensamientos después de la aventura el sueño la abordó y quedó profunda diciéndose —Vaya
día. —Las jornadas en la sala cuna transcurrieron, cada insecto crecía y aumentaba
en conocimiento; los lazos de amistad eran más fuertes, Tina, Sancua, Criscam y
Juanes eran inseparables y así trascurrió hasta que fueron promovidos.
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Capítulo II
Tina descubre que quiere ser un
rinoceronte en el jardín infantil
Tina cada vez es más inquieta, fantasea volando en el bosque observando lo maravilloso que es, anhelando siempre habitar allí. Un día imaginó que se encontraba a un
gran rinoceronte y sorprendida de ver a un mamífero tan maravilloso, grande, fuerte
y único, se dibujó en su rostro una sonrisa. En ese momento Tina escucha la voz de
Divel diciendo en voz alta —alisten todo porque ya es hora de regresar a casa. —Ella
se despierta asustada y un poco desorientada preguntando dónde se encontraba y
anhelando más que nunca con su corazón ir a ese maravilloso lugar para encontrar
a esa inolvidable criatura.
Tina, la mariposa que soñaba ser un rinoceronte
Tina vivía con su madre llamada Alma, su padre Jhosep y sus cinco hermanos.
Ella era la menor a quien su familia protegía mucho; sus hermanos ya estaban en
la universidad y no les quedaba tiempo para compartir con su hermanita. Todos
los días se levantaban muy temprano, su mamá Alma preparaba el desayuno, su
padre Jhosep siempre estaba preocupado y sin decir ni una palabra esperaba
sentado en el comedor para que le sirvieran el desayuno e irse a trabajar. Luego
de tomar néctar llevaba a su pequeña hija al jardín infantil Patitas y Alitas Felices,
quien no dejaba de preguntar —¿Cuándo podré volar?, ¿Todos tenemos este
proceso?, ¿Por qué soy diferente a ustedes?, ¿Cuándo podré ir a ese maravilloso
lugar? —Era su segundo día en el jardín infantil y, aunque tenía nuevos amigos y
muchas preguntas por resolver, extrañaba mucho a sus padres.
Para Tina todos los días eran iguales, así que siempre pensaba en el sueño en clase
con Montri y se planteaba conocer a los mamíferos de los que habían hablado,
imaginando que tal vez podría hacerse amiga de ellos. Pasaron varios días, ella
seguía con la idea de ir a explorar ese lugar y se preguntaba —¿Será igual de lindo
como en mi sueño?, ¿Qué debo hacer para encontrarlo?
—Sus padres fueron por ella en la tarde y al llegar a casa
decidió preguntarlesa sus padres— ¿Estamos lejos de
la selva? —Ellos solo respondieron con una sonrisa en
el rostro. Tina insistió—: ¿Cuándo podemos ir?, ¡Quiero
conocerla! —Impresionado, Jhosep le preguntó— ¿Por qué tanta inquietud? —Ella
contestó con una voz un poco tosca—:
¡Quiero conocerla y vivir allí! En ese lugar
me sentiría a gusto. Viviría de una manera inigualable. Estoy cansada de estar en
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Tina, la mariposa que soñaba ser un rinoceronte
este lugar. Ni Zulfon la corriente de aire nos está ayudando.
Por el contrario, cada día está más contaminado y aunque no me cuentan nada sobre sus problemas me doy
cuenta de que el néctar también está escaso. —
Sin decir nada más ella se fue para su cuarto.
En el jardín infantil Tina siempre que podía visitaba el Biblio-Árbol, revisaba con cuidado
libros relacionados con los rinocerontes, observaba su ecosistema y anhelaba estar en ese
paisaje. En una ocasión volvió a dormirse soñando
que se encontraba en ese lugar con el rinoceronte a
quien bautizó Simba y con voz temblorosa le preguntaba
si quería ser su amigo. Sorprendido de ver como una pequeña era tan valiente y no
tenía miedo, Simba le contestó: —Claro, estoy encantado de tener una amiga llena
de mucha valentía y esperanza. —Tina estaba feliz de tener tan cerca a Simba, un
ser único e inigualable el cual había desarrollado un gran olfato y el oído muy bien;
se alimentaba de hojas y hierbas; le gustaba bañarse en el lodo o con arena y vivía
más o menos 50 años.
Era tarde y sus padres Alma y Jhosep habían pasado a recogerla para ir a casa con la
sorpresa de que nadie sabía en donde estaba Tina. Todos angustiados se dispusieron
a buscarla y durante ese tiempo ella seguía feliz de estar en medio de la selva junto
a su amigo Simba, quien le contaba que había varias especies que se identificaban
por los cuernos y la forma de su labio superior: —Nosotros somos fuertes y tenemos
la piel como una armadura con un grosor entre 1.5 a 5 centímetros formada por capas. —La conversación se ponía cada vez más interesante para Tina al punto que ella
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Tina, la mariposa que soñaba ser un rinoceronte
quería ser igual que Simba, tener una piel como una armadura fuerte y no ser débil
como lo era ella. En ese momento llegó Sancua a la biblioteca gritando—: ¡Tina! ¿Qué
haces acá?, tus padres están angustiados por ti. —Ella se despierta asustada y sale
corriendo a encontrarlos. Su padre Jhosep le preguntó a Tina enojado —¿Qué tienes?,
¿Qué sucede contigo últimamente? —Ella respondió—: Quiero ser como Simba:
grande, fuerte y vivir en el paraíso. No me quiero sentir frágil. —Su padre Jhosep
le cuestionó—: ¿Quién es Simba? —Tina argumentó—: Él es mi amigo imaginario.
El rinoceronte no le teme a nada. —Su padre le respondió con cariño—: Hija, eres
hermosa y todos somos únicos, tenemos un don especial, todos debemos proteger la naturaleza, nuestra casa. Todo depende de cada uno en la transformación de
nuestras vidas, a veces nuestros problemas se vuelven bendiciones y les llamamos
bendiciones ocultas.
Los días transcurrieron. Juanes, Sancua, Criscam y Tina cada día buscaban nuevas
aventuras. Sus días en el jardín infantil fueron inolvidables porque se inscribieron
en el club de los “Insect Scouts”, allí aprendieron el respeto por la naturaleza y por
cada ser que en él habitaba. Tina llegaba a casa cada día con el uniforme sucio de
lodo. En verdad disfrutaba su estancia en este lugar, pero cada día al caer la noche
se acercaba a la ventana de su habitación para ver una cortina de puntos luminosos
que prendían y apagaban: —son las estrellas y aunque las veo cerca sé que están tan
lejos. —Ella ya había aprendido que la noche daba fin al día y
que era el tiempo para descansar. Sin embargo, Simba seguía
retumbando en su mente y su sueño llegaba con el
pensamiento— Seré un rinoceronte.
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Capítulo III
Tina va a la primaria de insectos:
su frustración aumenta
Es una tarde de viernes soleado y resplandeciente a mitad de la primavera, Tina
está muy entusiasmada porque ingresa a la primaria e iniciará la clase de vuelo. Su
espíritu aventurero le hace saltar de un lado a otro imaginando cómo será su primer
día de clase y todos los días crea una historia diferente en su cabeza, ansiosa por
conocer nuevos amigos y maestros. Es lunes y ella despierta más temprano que de
costumbre, el sol aún no ha salido, pero el cielo está cubierto de nubes malvas, rosas
y naranjas. El cielo es enorme, infinito como el bosque. Tina se acerca al comedor a
desayunar con sus hermanos, al fin logra compartir con ellos puesto que el horario
de la primaria inicia tan temprano como el de la universidad.
Tina, la mariposa que soñaba ser un rinoceronte
La escuela Colegio Menor del Señor de los Verdes está ubicada en
el tercer nivel de Bramon. Es un lugar muy agradable, desde este
punto la vista es más hermosa. Sus primeras clases fueron muy
frustrantes puesto que sus compañeros eran mucho más grandes,
fuertes y resistían los fuertes vientos de Zulfon. Tina cada día estaba
más ilusionada y contenta porque en la escuela le informaron que
sus clases de vuelo iban mejorando y que había una competencia
de vuelo. Ella llegó a su casa y les contó a sus padres Alma y Jhosep,
quienes se emocionaron tanto y decidieron darle el permiso para
dicha competencia aun sabiendo que era la más pequeña y frágil
del grupo.
Había dos mariposas en particular, Aponi y Flutura, que se burlaban de Tina cada vez
que ella intentaba volar alto en las clases y no podía hacerlo, por lo que fue motivo
de una gran risa cuando se enteraron de que se había inscrito para la competencia.
Tina se puso muy triste y lloró junto a una fuente de agua, cuando de un momento
a otro se le acercó su profesor Don Aguijón, una grande y vivaz avispa, quien le preguntó —¿Por qué lloras Tina? —Ella contestó—: Soy muy débil y mis compañeros
no creen en mí. —Don Aguijón respondió—: ¡Tina, no te preocupes! Cree en ti y en
tus habilidades y lograrás sorprenderlos a todos. —Llegó el día de la competencia
de vuelo. Tina estrenó una balaca obsequiada por su hermana, ajustó los cordones
de sus tenis, tomó una gran taza de néctar y en casa entusiasmados por la carrera
decidieron acompañarla para apoyarla.
Todos los competidores estaban en la línea de partida, vio a sus rivales con respeto,
pero sabía que se había preparado. La señora Yultri, profesora de vuelo en la primaria,
decía que el reporte del clima anunciaba día soleado, pero que un fenómeno ambiental
amenazaba con su presencia de fuertes vientos y lluvias torrenciales. La competencia
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Tina, la mariposa que soñaba ser un rinoceronte
inició, Tina tomó la delantera frente a sus contrincantes. Todo marchaba muy bien,
ella estaba aplicando lo aprendido en clase, cuando de repente la anomalía ambiental
hizo presencia. El bosque encendió las alarmas pues era el fenómeno de la Niña. Una
nube negra empezó a tapar el cielo y se oscureció de un momento a otro; vientos muy
fuertes comenzaron a soplar y de repente comenzó a llover. Tina iba a la delantera
y a pocos metros de la meta, pero el fenómeno de la Niña ya había comenzado, la
lluvia se precipitó, una gota de agua cayó justo en sus alas y la derrumbó. Su caída
fue terrible y sin formas de volar se estrelló contra una secuoya.
Todo el público se llevó las patitas a la boca. —La que iba a la delantera ha caído —
anunció el comentarista de la carrera. Los padres de Tina se preocuparon y volaron
rápidamente hacia ella, quien se encontraba aturdida, intentaba volar pero no podía,
al final se quedó quieta al ver y sentir que no podía sacudir sus alas.
En medio de su frustración, Tina llegó a su casa muy cansada y agotada. Quedó
profundamente dormida y nuevamente se sumergió en el maravilloso mundo del
sueño con su amigo el rinoceronte. Imaginaba que le contaba todo lo sucedido, le
expresaba sentirse impotente por lo que le pasó en su ala y no ser tan fuerte como él.
Los días en la primaria seguían pasando, la primavera también y Juanes, Sancua,
Criscam y Tina unían su amistad, hasta el punto de que sus aventuras eran el diario
vivir. Los padres del travieso Juanes cada semana debían
pasar a la rectoría por un llamado de atención; Criscam había superado la etapa de las pataletas, ahora era
más aplomado, y Sancua crecía en conocimiento pues su capacidad de deducir aumentaba y
eso lo hacía sentirse orgulloso. Por su parte, Tina
era la que daba equilibrio al grupo, sus pensamientos aterrizados aportaban al equipo
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Tina, la mariposa que soñaba ser un rinoceronte
aspectos que los otros carecían. Sus días en el Colegio Menor del Señor de los Verdes
eran intensos en aventuras, inolvidables para ella. Tina aumentaba en tamaño y se
hacía cada vez más hermosa; el color de sus alas amarillas la hacía resaltar sobre los
demás, pero sentía un gran vacío en su corazón. Al llegar la noche se había vuelto
costumbre acercarse a la ventana de su habitación y ver el manto de estrellas, como
ella les decía. Zulfon, que espiaba estos actos, decía —cuán respetuosa es Tina, hasta
para dirigirse a las estrellas —pero en sus ojos el anhelo de ser un rinoceronte era
imperioso. Estos sentimientos confusos le generaban gran frustración, sus amigos
desconocían lo que pasaba por la mente y el corazón de Tina, solo ella y su amigo
imaginario Simba sabían lo que en verdad sucedía.
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Capítulo IV
Tina y sus amigos del club RBD
En su imaginación Tina le contaba todo a su amigo Simba el rinoceronte. Después
de escuchar el relato de lo que había pasado en la competencia de vuelo, y con la
idea de que Tina se sintiera mejor, le dijo que muchas veces en la vida se necesita
fracasar, esto nos hace más fuertes y por eso no debemos dejar a un lado nuestros
sueños por un pequeño tropiezo. Seguidamente, Tina despierta contenta y decidida
de ir al límite del bosque tropical, pues recordaba que en la sala cuna Juanes había
dicho que África quedaba en los límites, entonces debía ir allí al fin para conocer a
un rinoceronte sin que sus padres se enteraran.
Tiempo después Tina se recuperó por completo de su ala lastimada. Estaba lista para
ir a la escuela, así que su madre Alma empacó néctar para ella. Sus hermanos junto
con su padre Jhosep la llevaron al Colegio Menor del Señor de los Verdes como de
costumbre. Allí se encontró con sus amigos y les comentó de sus sueños con Simba
el rinoceronte.
Club RBD
Tina dejó volar su gran imaginación mientras se empoderaba cada vez más con la
idea de conocer un rinoceronte grande, fuerte y longevo. Sin embargo, su fantasía le
jugó una mala pasada; imaginó al rinoceronte con alas de mariposa y quedó paralizada. Cuando sus antenas caían, asustada exclamó —¡Oh, gran espíritu del bosque!,
no imagino a Simba con mis alas, es imposible que vuele. Además, qué pasaría si
en el aire quiere ir al baño? Pobre de los de abajo —A su vez, se respondió—: pues
tendrá alas, pero solo para verse hermoso, aunque no tengan utilidad. Ya avanzaba
la primavera, Tina y todos los de la escuela habían comenzado a crecer, los lazos de
amistad se afianzaban y el bosque seco se preparaba para las nuevas generaciones.
Tina, la mariposa que soñaba ser un rinoceronte
Tina aumentaba en belleza, astucia e imaginación, pero su corazón y sentimiento
se encontraba en un conflicto interior: era mariposa pero quería ser rinoceronte. Su
frustración incrementaba, se acercó a la ventana, exhaló y se dijo: —Debo buscar
ayuda. El gran espíritu del bosque entenderá que solo siendo grande y fuerte puedo
defender a todo el ecosistema y no dejaré que nadie le haga daño. —Delicadamente
pasó una de sus patitas por su rostro y en ese instante ahogada en sus pensamientos
se acercaron Juanes, Sancua y Criscam; también habían crecido en gracia, inteligencia
y fuerza; sus grandes armas que la naturaleza les había otorgado los hacía sentirse
“fortachones”.
Un día Juanes habló dirigiéndose a toda la clase; tocó con su tenaza el pizarrón, se
trepó de un salto en el tejado del salón y dijo con voz acentuada: —Alumnos del Colegio Menor del Señor de los Verdes, es hora de tomar el mundo por nuestras patas.
Propongo que hagamos un club que pondremos por nombre la “Orden Secreta de
los RBD”. El que desee ser integrante debe cumplir los siguientes requisitos: romper
cosas, ser brabucón, no asistir a clases, no se admiten insectos adultos, no aceptaremos sus reglas y al llegar el ocaso nos reuniremos en la taberna “The Dark”. Allí nos
embriagaremos de agua miel ‘Néctar’ a la luz de las luciérnagas.
En un estallido de emoción todo el salón gritó un fuerte ¡Siiiiii! Juanes agregó: Demando
por unanimidad que seré el presidente de la orden, Tina la vicepresidente, Sancua el
tesorero y Criscam el secretario. Dicho esto Juanes sentía cómo se embriagaba de
euforia y sentía que podía controlarlos a todos. Tina se emocionó, sus sentimientos
comenzaban a tener una dirección; además, en la orden tenía un cargo al que consideró importante.
La orden hacía todo tipo de travesuras cuestionables para el mundo de los insectos.
Sin embargo, Tina sentía que aun siendo parte de la orden no veía su sueño hecho
realidad de ser un rinoceronte. Por su parte, Sancua había tomado nota en la clase de
botánica impartida por Javice que existía una planta llamada “borrachero”; estuvo tan
atento en clase que anotó en su libreta verde el nombre científico Brugmansia arborea,
perteneciente a la familia de las solanáceas. Esta planta originaria de Suramérica, al
florecer y tomar su néctar los hacía ver el mundo diferente y en la reunión semanal
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Tina, la mariposa que soñaba ser un rinoceronte
de la “Orden Secreta de los RBD” propuso salir a buscarla. Como Tina era la única que
podría extraer el néctar, quedó encomendada de la misión, situación que resolvieron
a la mañana siguiente.
Eran las siete de la mañana cuando comenzó la clase de vuelo II y Juanes había propuesto utilizarla para ir a la búsqueda del tesoro. Tina se apoyó en la ventana, sintió la
caricia de Zulfon en sus mejillas que cálidamente le decía —Cuidado Tina, los secretos del Bosque pueden ser inesperados. —Como digna miembro de RBD omitió el
aero-email enviado por Zulfon; ajustó sus medias que combinaban con sus alas, ató
sus tres pares de tenis, acomodó la balaca que llevaba sobre sus antenas y partieron
en la búsqueda.
El grupo halló el borrachero, Tina extrajo el néctar, Sancua lo puso en un recipiente,
quien junto con Criscam se encargarían del transporte y Juanes de custodiar el valioso
hallazgo. En las afueras de “The Dark” Sancua hizo la preparación del brebaje, mezcló
néctar del borrachero, agua miel y soda de polen; agitó el recipiente, sirvió un buen
trago a cada miembro de la orden secreta RBD, alzaron sus copas y al unísono dijeron: —¡Salud RBD! —Juanes pidió un “fondo blanco” y los demás le siguieron. Tina se
puso una patita en el pecho, tosió fuertemente y dijo—: Está buenísimo, debemos
patentarlo. —Tiempo después ingresaron a “The Dark”, se acomodaron en la mesa
que usaban de costumbre y segundos después el efecto comenzó en cada uno:
En su imaginación Juanes vio que era el comandante del ejército de las fuerzas armadas Mantis. Su optimismo hacía que hablara a los soldados con autoridad. Esto le
complacía porque todos obedecían. Al parecer, iba a la guerra con los Saltamontes
Revolucionarios quienes pretendían hacer una invasión.
Sancua visualizó que era miembro de la “Organización de las Naciones Ambientales”
(ONA). Según parece, era el líder y daba una conferencia sobre cambio climático y
cómo los gases efecto invernadero (GEI) afectan el ecosistema.
Criscam imaginaba que era del Ministerio de Hacienda e ideaba políticas para evitar
el contrabando en el impuesto de extracción de polen. A su vez, Tina por vez primera
sintió que era Simba, vio como ella y él se fusionaron para convertirse en un “rinoposa”.
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Tina, la mariposa que soñaba ser un rinoceronte
En su visión ella sintió que tenía la fortaleza del rinoceronte, su piel era una coraza de
capas, vio sus dos cuernos que a cualquier enemigo preocuparía. De su labio salió
una larga y delgada lengua de mariposa y alas diminutas en su lomo. En su distracción
algo llamó la atención ¿Para qué le pueden servir alas de mariposa a un rinoceronte
tan pesado? La respuesta llegó a su mente y la dejó complacida: —Las alas son un
toque de elegancia —y sonrió.
No saben cuánto tiempo pasó, solo reaccionaron porque cerca de las 11:50 p.m., Anri,
dueño de la taberna y una pequeña abeja pero de gran idealismo, lanzó su pata contra
la mesa donde los cuatro amigos estaban sumergidos en sueños independientes.
Tanto fue el impacto del golpe que Tina quedó de una pata. Juanes preguntó: —¿Qué
pasó? —Ari respondió—: Si no van a consumir deben irse, ya casi es medianoche, es
hora de cerrar. — La abeja voló de golpe a la barra para continuar con sus quehaceres. El grupo salió, nunca habían estado tan tarde fuera de casa y solo sabían lo que
creían que habían visto. Cada uno contó su anécdota, por lo que Sancua mencionó—:
Hemos alucinado. —Se despidieron y fueron a dormir.
Sus días en el Colegio Mayor del Señor de los Verdes eran inolvidables en emociones
y en aventuras, inmemoriales para Tina. Ella se hacía cada vez más hermosa, el color
de sus alas amarillas era sencillamente exquisito, los organizadores del evento “Miss
Mariposa” le preguntaron a Alma si le permitiría concursar. Su madre emocionada
consultó a Tina pero ella con voz marcada dijo: —Sé que es un evento de belleza y
seré una embajadora del ecosistema, pero yo quiero ser contadora del bosque seco.
—En realidad ella notaba un gran vacío en su corazón y al ver las estrellas sentía que
podría ser algo más que una Miss Mariposa. Tina sabía que quería cambiar al mundo
pero con su aspecto no lo lograría, debía ser un rinoceronte y era claro que rinoposa
no funcionaria. Sus perturbadores pensamientos la herían porque no sabía qué hacer, mientras se cobijaba con el
edredón de algodón, simplemente dijo—: Marluz,
si me escuchas, cuando despierte mañana quiero
ser un rinoceronte. —Cerró sus ojitos y quedó en
un sueño profundo.
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Capítulo V
Tina se alista para la
universidad y se prepara para
enfrentar el mundo
Al despertar Tina vio que seguía siendo una mariposa. El gran espíritu no la había
escuchado. A su vez, una nueva etapa de su formación comenzaba, había logrado
subir de nivel, logró un cupo en la Universidad Las Delicias, pero su frustración por
no ser un rinoceronte era tan grande que no lo había superado pese a que en el nivel
de formación anterior era la vicepresidenta de la Orden RBD. Allí tomó néctar y alucinó muchas veces con el “borrachero”; también estuvo en prisión cuando la Orden
estuvo fuera de control y todos fueron aprehendidos. Recordó brevemente los días
del pasado y se dijo a sí misma —Esto es el pasado, como una hoja seca que Zulfon
lleva y se encarga de desechar, así que bienvenido el futuro.
Era el primer día del mes de junio, Tina había decidido formarse como contadora
del bosque seco: una prometiente profesión decían sus padres. Llegó a la clase de
costos, era su primer crédito y no entendía cómo esa aula tan fuera de lo normal le
ayudaría a entender al bosque. Llevaba un morral hecho de hilo de seda color amarillo
que su madre le había obsequiado para ir a la universidad y recordó que en el interior,
en su cosmetiquera, tenía “esencia de orquídea salvaje”. Era su favorita, ya que los
perfumeros del bosque decían que era el aroma capturado de la orquídea Cattleya
trianae, una planta epífita cuya flor no se compara por su belleza; entonces al lograr
atrapar su esencia la vendían por 5000 granos de polen, un costo muy elevado que
para Tina lo valía.
Tina, la mariposa que soñaba ser un rinoceronte
Tina llevaba una agenda “U”, la que hacía que todo el bosque supiera que estaba
en la universidad. Estaba cocida por secciones, cada una con hojas del bosque de
diferentes tiempos, así que mostraba el colorido del bosque tropical. Muy entusiasmada, pero aun frustrada, se dijo: —Tan pronto acabe la clase del profesor Wayver
me dispondré a ir al consejo superior de la Universidad de Las Delicias y pediré una
audiencia con Marluz. —Sí que era difícil, pero ella sabía que cuando se lo proponía
lo lograba, porque quería de una vez pedirle que la volviera un rinoceronte, así defendería a todos sus habitantes, incluido al gran espíritu; se visualizó dando un puño
con firmeza entre sus patitas y una leve sonrisa se esbozó en su rostro. De repente
una voz cálida irrumpió sus pensamientos cuando dijo—: Buenos días. Hermosa,
¿me puedo sentar a tu lado? —Era la voz de Carur, una mariposa de la clase Danaus
plexippus, un insecto lepidóptero ditrisio de la familia Nymphalidae. El color de sus
alas eran de un naranja intenso y con sus ojos verdes resaltando, para Tina era la
mariposa más linda y tierna que le había hablado.
Carur venía de traslado de la Universidad Jardín Botánico del Quindío y Tina notó un
extraño sentimiento, de entrada sintió mariposas volando en su estómago, por lo
que se preguntó qué estaba ocurriendo. Carur respondió con una mirada coqueta
abriendo y cerrando sus alas al mismo tiempo que sus ojos.
Era la universidad, insectos voladores y rastreros por doquier estaban dispuestos a
formarse en múltiples carreras para enfrentar el bosque seco. Tina se sentía maravillada en este entorno porque podía conocer muchas especies en este lugar. Sin
embargo, ella se sentía pequeña y frágil en comparación con los demás, ya que no
había podido lograr su sueño de ser rinoceronte dándole un sentimiento de frustración que hacía aumentar su anhelo de encontrarse con Marluz para que le hiciera su
sueño realidad. Esa noche al llegar a su casa
devastada tomó una siesta y de la nada
el ambiente se tornó misterioso. Tina se
encontraba en un sueño, un viento
entró por su ventana hasta su cama,
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Tina, la mariposa que soñaba ser un rinoceronte
Zulfon le susurraba al oído que su gran anhelo había llegado a oídos de Marluz. Ella le
había concebido su encuentro para que le expresara su gran deseo; Tina confundida
le preguntaba —¿Cómo sé que es real lo que me dices? —Zulfon respondió—: Al
amanecer dirígete al árbol cañaguate más anciano del bosque. Allí encontrarás un
camino. Sigue las flores rojas que te guiarán a Marluz. —Luego un frío intenso entró
de la nada por su cuerpo, ocasionando que despertara de su sueño profundo.
Desconcertada y sin ver la luz del día, Tina miró al horizonte. De repente asomó el sol:
era el amanecer, lo que indicaba que ya era hora de su encuentro. Aunque las dudas
la invadieron tomó la decisión de ir a aquel lugar. En su camino su mente empezó a
colapsar, dándole síntomas de ansiedad; se invadió de pensamientos negativos que la
llevaron a dudar, pero su voluntad era mayor y continuó su camino pues ya era tarde
para su encuentro. Al llegar al lugar buscó con anhelo el árbol más viejo del lugar y
cuando lo encontró se inclinó ante él para buscar las flores de su sueño: allí estaban,
el camino con flores rojas destellaba como las estrellas en una noche de luna llena.
Había seguido el camino indicado.
De la nada un viento cálido sacudió sus pequeñas antenas: era Marluz. Tina no sabía
qué decir, estaba tan emocionada que su lengua se había congelado por completo.
Ella creía que aún seguía soñando y no en que tenía en frente al espíritu de Marluz.
Conmocionada y tartamudeando Tina le preguntó: -¿Si-si-e-e-res-re-al?, ¡no lo puedo
creer! —Marluz descendió hacia ella con una luz resplandeciente, respondiendo—:
¡Claro que existo! Sé cuál es tu anhelo de hablar conmigo y conozco tu deseo, por
eso debo ponerte a prueba. —Tina asintió y preguntó cuál iba a ser su prueba, por lo
que Marluz le explicó—: Como tu alma es pura y tu corazón bueno, deberás pasar
por pruebas en donde me darás tu reflexión y tomarás tu decisión.
—Todo empieza aquí —dijo Tina deslumbrada y decidida, mientras seguía adelante
para afrontar su primera prueba. Marluz la llevó a un lugar recóndito, con una especie
extraña que ella llamaba “Humanos”. Tina preguntó por qué estaban en ese lugar y
Marluz respondió—: Observa a ese humano, ¿Qué crees que hace? —Sin dudarlo,
Tina contestó—: Está produciendo la basura que yo veo tirada en el bosque. —Marluz
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Tina, la mariposa que soñaba ser un rinoceronte
continuó—: Exacto. Esto se llama un proceso de fabricación de plástico. —Tina vuelve
a preguntar—: ¿Por qué termina en el bosque? —Marluz le dijo—: Porque para esta
especie la importancia por el bosque no va más allá de su egoísmo, al final entenderás
la razón del porqué te muestro todo esto.
Pero, —¿Cómo la especie puede evitar que los artefactos lleguen al bosque?
—cuestionaba Tina y Marluz le contestaba—: Ellos pueden Tina. Pasa, siéntate y mira
el cielo azul, imagínate que el plástico tiene más vida por delante. Por ello personas
que son conscientes y aman la naturaleza como tú crearon la fase de “separación
de envases” la cual va por colores. También clasificaron algunos productos para algo
llamado “reciclaje”, lo que ayuda a que los artefactos alarguen la vida útil, para que así
puedan ser reutilizados. Todos somos buenos en la naturaleza, de forma positiva. Para
explicártelo mejor imagínate que tu grupo de amigos de RBD del colegio realizan muchos envases de “borrachero” en diferentes materiales, por ejemplo plástico y vidrio.
La especie tiene ciertos colores para poder reciclar. El blanco sirve para desechar el
plástico para realizar implementos de aseo para la especie, el verde para clasificar
los residuos orgánicos y restos de alimentos que con su correcto desecho funcionan
como fertilizantes para las plantas que polinizas tú, mi querida Tina. Por último, los
residuos no aprovechables irán en las canecas negras para su respectivo manejo.
Seguidamente pasaron por un camino que endulzaba sus oídos por el canto de los
pájaros donde Tina muy feliz preguntaba de qué otra manera se podía disminuir la
contaminación al bosque. De ahí que Marluz le respondiera: —Ahora te voy a explicar la fase de “Recolección de envases”, ya que el plástico es nocivo debido a su
durabilidad. Por tanto, al no reciclar se fuerza a que sigan fabricando nuevas materias
primas sin ser reutilizadas. —Entonces Tina contestó—: Es decir, si yo puedo extraer
el borrachero podría también consumir el plástico que los humanos no reciclan logrando degradarlos en poco tiempo. —Marluz asintió con una sonrisa diciendo—: Ya
comprendes Tina que el bosque y la especie humana ciega por su codicia te necesita a ti y a muchas mariposas más. Y bueno mi querida Tina, como sé que ya estás
comprendiendo todo lo que quiero que conozcas por medio de estas pruebas, te
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Tina, la mariposa que soñaba ser un rinoceronte
voy a profundizar una de las fases más importantes de todo este proceso que quiero que aprendas a la perfección: la “selección de los envases”. ¿Sabes tú por qué es
una de las más importantes? —Tina dijo—: Yo pienso que es porque allí los residuos
aprovechables se clasifican de manera minuciosa y para que todos ellos terminen
en el lugar adecuado y su vida útil pueda ser bien aprovechada.
Marluz felicita a Tina exaltada. En ese instante ella presenta en frente de Tina un recipiente de plástico, otro de vidrio y una cáscara de banana; al lado dos recipientes
de basuras: uno verde y otro blanco con su respectivas etiquetas. A su vez,
Marluz decía: —Dale pequeña, selecciona qué residuo va en que caneca.
—En ese momento, muy convencida de haber aprendido la lección,
Tina tomó los residuos y los ubicó de manera muy acertada. —Muy
bien —dijo Marluz—, eres una mariposa muy inteligente. Ahora vamos
a la parte final y última fase de esta prueba: “transformación en materia
prima”. Aquí a los plásticos que fueron recolectados y previamente seleccionados
se les hace un proceso para convertirlos en una materia nueva y así poder volver a
utilizarlos, dándoles una nueva oportunidad de uso.
Frente todo esto, Marluz expuso: —Entiendes cómo cosas tan simples y pequeñas
pueden ser consideradas como insignificantes por la gran mayoría de las especies.
Mira cómo pueden cambiar el ciclo de la vida en sí, por ejemplo, con lo del reciclaje
los humanos están llevando casi al colapso el hábitat de todos. Ahora bien pequeña
Tina, entendiendo la importancia de todos y cada una de las cosas ¿sigues creyendo
que necesitas ser un rinoceronte para poder cumplir una “Función de valor” en el
ecosistema. —Muy sorprendida por todo lo que había aprendido, Tina respondió—:
Ya logré comprender el gran error que cometí al no valorar ni entender la función de
todos y cada uno en el ecosistema. —Así es, le contestó Marluz— Tu importancia
en el bosque es que, a través de tu migración, mueves el polen de las plantas con
flores, promoviendo así una diversidad genética, provocando cultivos agrícolas los
cuales pueden servir de alimento para otras especies y también para limpiar el aire
que respiramos.
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Tina, la mariposa que soñaba ser un rinoceronte
Marluz agregó: —Ahora te diré que ser grande no te garantiza supervivencia. Observa el rinoceronte blanco, la especie que tanto admiras. Por los efectos de la raza
humana en el ambiente, este majestuoso, imponente y hermoso animal, de piel
dura como coraza, se ha extinguido y nada podemos hacer. Cuando una especie
se pone en riesgo simplemente desaparece, así que no pienses que por ser grande
vas a sobrevivir los embates del mundo. Te doy otro ejemplo: el gran Cóndor de los
Andes, un ave en la lista de “en vía de extinción” y el listado puede ser interminable.
Querida Tina, también observa la importancia de preservar una especie. Frente a la
universidad queda The Palace, el más hermoso complejo donde habitan las abejas.
Allí Divel es la sucesora al reino y mi amiga en la universidad.
Marluz tomó nuevamente la palabra: —¿Sabes cuál es el destino de Diver? —Sí, aseguró Tina—: Ser la reina de The Palace, tener muchos súbditos a sus pies, una vida
envidiable. —Con cálida voz Marluz le respondió—: Déjame revelarte la función de
Divel. Ella es la única hembra fértil y debe generar toda la población de su enjambre.
—Tina sintió que sus antenas se fueron para atrás y con voz pausada dijo—: No es
lo que parece. Cada especie tiene que hacer sacrificios para mantener el orden y
preservar el ecosistema, claro si la raza humana no interviniera con sus procesos sería
más fácil. Pero observa Tina, el hombre se ha dado cuenta que si lastima su hogar
y lo destruye, él también se quedará sin hogar, por lo que todos debemos trabajar
cada uno en su frente para preservar el ecosistema.
Tina concluyó: —Wowww, mi proceso es súper importante. Ahora entiendo y no
volveré a desear ser algo diferente a lo cual ya soy. Por el contrario, me sentiré muy
orgullosa de mí. —Muy feliz de su respuesta, Marluz añadió—: me alegro de que
hayas comprendido todo y que ahora entiendas que todos somos importantes y que
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Tina, la mariposa que soñaba ser un rinoceronte
cada uno de nosotros cumplimos un ciclo de valor. Ahora ve y lleva este aprendizaje
por el bosque.
Al salir de allí, Tina se dirigía para la universidad muy feliz por haber comprendido su
importancia. En el camino se encontró a Carur, el cual le preguntó: —¿Qué tienes?
Te noto muy feliz. —Ella respondió—: Es que logré entender mi importancia en el
bosque. Alguien muy sabio me dijo que todos somos importantes y que cumplimos
con un ciclo de valor. —Carur afirmó la trascendencia de lo que decía y juntos salieron para la universidad.
El tiempo de formación en la Universidad Las Delicias había llegado a su fin. Era el 20
de junio y la institución entregaba una nueva generación de insectos para proteger y
preservar la vida en el bosque seco tropical. Tina recordó con añoranza a sus amigos
de la sala cuna hasta la universidad; a sus profesores quienes le habían inculcado el
respeto por sí misma, por los demás y el medio ambiente. Le habían entregado su
título “Contadora del Bosque Seco Tropical”; había llegado el ocaso y sabía que debía
partir, tomó néctar en compañía de sus padres y se despidió para irse a dormir. Al
llegar a su habitación dijo por última vez: —Miraré las estrellas con ojos de mariposa
y fuerza de rinoceronte. A todas y cada una de ustedes agradezco que estén allí
para guiarnos y permitan que podamos mantener el medio. Dicho esto bostezó de
cansancio y un sueño apreciable la cobijó.
Son las 6:57 a.m., del 21 de junio, Zulfon envía un aero-email anunciando que hoy
termina la primavera. Tina se alista, toma el último tazón de néctar en compañía de
Alma y Jhosep y da un beso a cada uno. Son las 7:00 a.m., el sol ya salió por el oriente
y sus tenues rayos de luz y calor comienzan a atravesar las hojas de los cañaguates
y robles. Tina mueve sus alas y se empieza a elevar. Marluz la está despidiendo y todos los insectos en una ovación aplauden a la pequeña mariposa que soñaba ser un
rinoceronte para proteger el bosque tropical; el color amarillo de sus alas se difumina
en el brillo del sol. Marluz le dice: —Ve pequeña Tina y no olvides que eres pequeña
en tamaño y gigante en corazón. Solo así podrás cambiar el mundo. —y con gran
orgullo se desvaneció entre los rayos del sol para prepararse para una nueva estación.
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